lunes, 19 de noviembre de 2012



Un país como el nuestro, en el cual la mayoría de las actividades agrícolas son desarrolladas por pequeños productores, los cuales generalmente son campesinos que se dedican al cultivo de frutos y hortalizas, posee serios problemas en materia de temas ambientales. El desconocimiento de los arreglos productivos y sistemas de conservación de los suelos por parte de los pequeños productores y el uso indiscriminado de productos químicos que ha generado la disciplina del consumismo, se unen a las malas practicas agrícolas que entre otras cosas se puede mencionar, la falta de implementar los implementos de protección requeridos para la aplicación de estos agro insumos y que finalmente terminan siendo riesgos para la salud, los cuales se manifiestan en intoxicaciones crónicas y agudas, entre otros.


De igual manera, estos pequeños productores utilizan como metodología la agricultura convencional, la cual se une a métodos tradicionales de producción que contempla el desarrollo de labores culturales en contra del bienestar del medio ambiente, como las quemas, la tala indiscriminada de arboles, el establecimiento de cultivos en suelos con alto grado de inclinación y la aplicación de agro insumos.


Lo que aún es más preocupante, es que este problema no termina aquí. Este es sólo el inicio de un trágico episodio cuya magnitud muchos desconocen. Finalmente los productos cosechados cuando llegan al consumidor no son saludables porque han sido seriamente contaminados con éstos químicos y su inocuidad no favorece el bienestar de quienes se alimentan con estos bienes; el medio ambiente resulta severamente afectado por la alta contaminación que se genera y que se evidencia en el vertimiento de residuos agro tóxicos en fuentes de agua, la disposición de residuos sólidos o envases de los mismos en el entorno, y otros residuos que se generan por escorrentía, además de la grave contaminación generada por las quemas y la alta emisión de gas carbónico (CO2) producto de la intensa actividad agrícola y agropecuaria.


Aunque no seamos consientes de la magnitud de este serio problema, la contaminación generada sigue aumentando y cada día surgen nuevos productos químicos que son promocionados en el mercado y distribuidos en todo el territorio Colombiano sin advertir a la población que los adquiere los riesgos y severidad de su uso. El tema parece relativo, pero el problema es serio y serias deberán ser las medidas que debe adoptar el gobierno para contrarrestar este fenómeno contaminante que involucra toda la población.


Para reducir la contaminación y derogar la ideología tradicional de los pequeños productores, que entre otras cosas implica suprimir la exagerada aplicación de agro insumos y la reducción absoluta de las quemas, hay que iniciar por la toma de serias medidas por parte de las secretarías agro ambientales ante la reincidencia de estas prácticas para que no se sigan implementando en la producción y manejo de cultivos.


Hay que asumir el tema con prontitud y capacitar a los productores sobre el manejo y aplicación de estos productos, según criterios técnicos establecidos y demás normas relacionadas con el tema. De igual manera, promover campañas dinámicas que se encarguen de la disposición final de residuos y envases de agro tóxicos, así como también que se encarguen de supervisar que se estén utilizando los implementos básicos de seguridad para realizar estas labores, para que éstos no sigan reposando en bosques, cuencas hidrográficas, orillas de ríos y demás territorios. Y más grave todavía, para que no terminen convertidos en recipientes donde se almacenan alimentos, como quizás sucede.


Los agricultores son quienes se encargan de cultivar para luego comercializar su cosecha en el mercado y de ese modo abastecerse de productos. Si éstos no reducen la contaminación en sus cosechas y siguen alterando la inocuidad de sus frutos, los perjudicados finalmente somos todos. Y qué sucederá después?


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