De
igual manera, estos pequeños productores utilizan como metodología la
agricultura convencional, la cual se une a métodos tradicionales de producción
que contempla el desarrollo de labores culturales en contra del bienestar del
medio ambiente, como las quemas, la tala indiscriminada de arboles, el
establecimiento de cultivos en suelos con alto grado de inclinación y la aplicación
de agro insumos.
Lo
que aún es más preocupante, es que este problema no termina aquí. Este es sólo
el inicio de un trágico episodio cuya magnitud muchos desconocen. Finalmente
los productos cosechados cuando llegan al consumidor no son saludables porque
han sido seriamente contaminados con éstos químicos y su inocuidad no favorece
el bienestar de quienes se alimentan con estos bienes; el medio ambiente
resulta severamente afectado por la alta contaminación que se genera y que se
evidencia en el vertimiento de residuos agro tóxicos en fuentes de agua, la
disposición de residuos sólidos o envases de los mismos en el entorno, y otros
residuos que se generan por escorrentía, además de la grave contaminación
generada por las quemas y la alta emisión de gas carbónico (CO2)
producto de la intensa actividad agrícola y agropecuaria.
Aunque
no seamos consientes de la magnitud de este serio problema, la contaminación
generada sigue aumentando y cada día surgen nuevos productos químicos que son
promocionados en el mercado y distribuidos en todo el territorio Colombiano sin
advertir a la población que los adquiere los riesgos y severidad de su uso. El
tema parece relativo, pero el problema es serio y serias deberán ser las
medidas que debe adoptar el gobierno para contrarrestar este fenómeno
contaminante que involucra toda la población.
Para
reducir la contaminación y derogar la ideología tradicional de los pequeños
productores, que entre otras cosas implica suprimir la exagerada aplicación de
agro insumos y la reducción absoluta de las quemas, hay que iniciar por la toma
de serias medidas por parte de las secretarías agro ambientales ante la
reincidencia de estas prácticas para que no se sigan implementando en la
producción y manejo de cultivos.
Hay
que asumir el tema con prontitud y capacitar a los productores sobre el manejo
y aplicación de estos productos, según criterios técnicos establecidos y demás
normas relacionadas con el tema. De igual manera, promover campañas dinámicas
que se encarguen de la disposición final de residuos y envases de agro tóxicos,
así como también que se encarguen de supervisar que se estén utilizando los
implementos básicos de seguridad para realizar estas labores, para que éstos no
sigan reposando en bosques, cuencas hidrográficas, orillas de ríos y demás territorios.
Y más grave todavía, para que no terminen convertidos en recipientes donde se
almacenan alimentos, como quizás sucede.
Los
agricultores son quienes se encargan de cultivar para luego comercializar su
cosecha en el mercado y de ese modo abastecerse de productos. Si éstos no
reducen la contaminación en sus cosechas y siguen alterando la inocuidad de sus
frutos, los perjudicados finalmente somos todos. Y qué sucederá después?
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